Decía Thomas Jefferson, tercer presidente de los Estados Unidos y uno de los padres fundadores de la nación americana, que “cada generación necesita una nueva revolución”. El progreso del mundo nace del caos de lo impredecible, de cambiar lo que ya existe por nuevas formas de interpretar la realidad, de la innovación, de la revolución.
“A lo largo de nuestra historia, el mundo ha vivido episodios sociales, culturales, económicos o tecnológicos que cambiaron para siempre el devenir de los acontecimientos”. La revolución francesa con su ‘Liberté, égalité, fraternité; Adam Smith y su liberalismo económico; el Manifiesto de Seneca Falls y el movimiento sufragista femenino; o la revolución industrial y el barco de vapor, son algunos de los hitos que marcaron un antes y un después en la historia de la humanidad.
En la actualidad, la sociedad se enfrenta a un nuevo escenario dominado por la tecnología y la conectividad. Una nueva realidad donde el poder de la información se ha convertido en un activo estratégico para empresas de todo el mundo. Bienvenidos a la revolución del dato.
En plena era del Big Data, las nuevas tecnologías están generando un enorme volumen de información que las organizaciones tienen que saber interpretar y gestionar. Ante esta vorágine de datos, las compañías necesitan dar sentido a ingentes cantidades de información que son producidas de forma periódica y continua por una amplia gama de fuentes.
Las nuevas tecnologías son el aliado perfecto para procesar volúmenes significativos de información. La irrupción de los nuevos avances técnicos permite a las empresas extraer grandes volúmenes de datos y obtener información de valor. No obstante, la recopilación y almacenamiento de todo este contenido no es una tarea sencilla. La captura de estos datos requiere de una mayor inteligencia si las organizaciones quieren garantizar que la información que se extrae a partir de estos datos genere mejoras sustanciales en la forma en la que operan sus sistemas.
Grandes compañías de todo el mundo ya están implementando la analítica avanzada de datos como instrumento para modificar sus procesos y generar valor en sus operaciones. Los modelos analíticos de información permiten predecir y adelantarse a problemas que surgen durante el desarrollo de las actividades. Del mismo modo, este tipo de tecnologías facilitan la gestión, el procesamiento y el razonamiento de grandes volúmenes de datos heterogéneos producidos durante el desarrollo de proyectos. Todo ello, ayuda a mejorar la ejecución de las operaciones, anticipar riesgos, minimizar errores, mejorar la toma de decisiones y optimizar la excelencia empresarial y operativa.
Desde Sacyr, ya estamos utilizando la analítica avanzada de datos para optimizar nuestras operaciones. Junto a Tyris AI, una de las startups participantes en Sacyr iChallenges 2018, estamos desarrollando un innovador sistema de análisis predictivo mediante tecnologías Big Data y Machine Learning para realizar una predicción avanzada del deterioro del pavimento en carreteras a largo plazo.
La puesta en marcha de este proyecto nos permitirá mejorar la precisión en el cálculo de los costes de una concesión, optimizar la ejecución de los planes de mantenimiento y aumentar la disponibilidad y seguridad de las carreteras, impactando de forma positiva en nuestros empleados, en el medioambiente y en la sociedad en general.
Sin duda, la analítica avanzada de datos es una de las prioridades en las agendas de las grandes compañías. En los próximos años, esta tecnología seguirá requiriendo el desarrollo de nuevos algoritmos y herramientas, la creación de nuevos puestos de trabajo (expertos en análisis de contenidos…) y la implementación de mega bases de datos que sean capaces de entender cada parte del negocio, entre otras muchas cuestiones. Bienvenidos a la revolución del dato.