Dispositivos como los exoesqueletos han llegado al sector de la construcción, facilitando la realización de tareas pesadas. Crédito: Ekso Bionics.

  • Innovación

De los supersoldados a los superobreros

FRANCISCO RODELLA | Tungsteno

La automatización ya no afecta solo a industrias específicas, como la militar. Distintos sectores están dando un giro transformador de la mano de los robots. En algunos casos, se han empezado a utilizar máquinas capaces de trabajar codo a codo con los humanos. En otros, se prueban dispositivos que permiten aliviar tareas pesadas, como estos exoesqueletos, testados por unos operarios de Ford en Almussaffes (Valencia). ¿Hasta qué punto esta oleada tecnológica alcanza al sector de la construcción?

Los primeros avances se registraron ya en los años 80 gracias al impulso de Japón, como señala el profesor de la Universidad Politécnica de Madrid, Ernesto Gambao. El país asiático se ha convertido en una referencia puntera en este ámbito, con resultados casi de ciencia ficción. Un ejemplo reciente es este prototipo de humanoide obrero presentado en 2018, que puede ejecutar tareas como coger una tabla colocada en horizontal, ponerla en vertical y luego llevarla hacia una pared y fijarla con un taladro. Mide 182 cm y pesa 101 kilos, emula los movimientos humanos y está dotado de visión tridimensional, según sus desarrolladores del National Institute of Advanced Industrial Science and Technology.

Algunas de las empresas de construcción más grandes del país nipón, como Shimizu, llevan años investigando cómo implementar robots en sus procesos de producción. El año pasado, la compañía anunció que ya estaba testando un sistema que prevé el uso de tres robots capaces de realizar, bajo las instrucciones de un trabajador enviadas a través de una tablet, acciones como transportar horizontalmente materiales, soldar columnas y fijar paneles en techos y suelos, todo en un espacio compartido con los obreros. La empresa agregó que algunas pruebas ya se estaban realizando durante la construcción de un edificio en Osaka y que preveía extenderlas a distintas obras en Tokyo.

El HRP-5P, el robot obrero de la construcción, es un prototipo humanoide diseñado en Japón para realizar trabajos pesados de forma autónoma. Credito: AIST.

Work in progress también en EE UU y Europa

Tanto las empresas europeas como las estadounidenses tampoco se quieren quedar atrás. Advanced Construction Robotics, por ejemplo, comercializa un robot capaz de colaborar con los obreros para colocar barras de refuerzo en la construcción de puentes. En esta carrera, Gamboa pone de relieve algunas de las tendencias principales, como crear máquinas para “limpiar las fachadas de los edificios”, “ayudar en el manejo de materiales”, automatizar “excavadoras y camiones”, e introducir drones para labores de inspección y monitorización de las obras.

En España, una de las empresas innovadoras en este sector es Sacyr. Entre los proyectos actualmente en desarrollo, Tunnelad prevé conseguir, en colaboración con ingenieros de la Universidad Politécnica de Madrid, que tres camiones utilizados para la carga y descarga de escombros en túneles sean autónomos en 2021. Para ello, se instalará en cada uno de ellos un kit dotado de un sistema de localización y percepción del entorno, conectado con un software de control y monitorización de los elementos mecánicos y eléctricos del vehículo.

Miguel Martín Cano, responsable del proyecto, explica que la idea es optimizar “un trabajo muy repetitivo” —en el que el camión cumple un recorrido entre un punto de descarga fijo y uno de carga que se va desplazando solo en función del avance de las excavaciones en el túnel— que se puede controlar eficazmente reduciendo la presencia humana. Las ventajas principales de esta automatización son “la mejora de las condiciones de seguridad” de las personas que trabajan en ese entorno, “la optimización del rendimiento económico” y el aumento de capacidad de monitorización de las máquinas y de previsión de eventuales problemas técnicos.

La robotización del sector de la construcción pasa necesariamente por favorecer una colaboración eficaz con los humanos. Credito: Construction Robotics.

Kitanai, Kitsui, Kiken, las tres ‘K’ de la construcción

En Japón se suele indicar el trabajo en la construcción como una labor sucia (kitanai, en idioma original), dura (kitsui) y peligrosa (kiken). Eso conlleva que haya cada vez más escasez de trabajadores cualificados dispuestos a aceptar tales condiciones. La búsqueda de soluciones a este problema es uno de los motores principales de la automatización. “Creemos que la clave para aumentar la productividad es mejorar las condiciones de trabajo y aumentar salarios y días libres”, dicen en Shimizu. E indican como horizonte a seguir el que los humanos y los robots trabajen juntos.

El problema de la falta de nuevos trabajadores y el envejecimiento de los actuales afecta también a España. Gambao comparte la idea de Shimizu de que la robotización puede aportar nuevas contribuciones para mejorar este aspecto, pero recuerda que hay también otras prioridades. “Antes que en el desarrollo de nuevas obras, hay que pensar que hay un parque inmenso de edificios e infraestructuras en general a rehabilitar, inspeccionar, reconstruir o modificar”, mantiene.

A pesar de que ya podemos encontrar ejemplos de aplicaciones que aprovechan el potencial de la automatización en la construcción, Gambao considera que todavía no podemos hablar de una verdadera revolución robotizada. “Es un sector tradicional, lo que supone la principal dificultad para ello”. Señala además la existencia de dos obstáculos específicos: el hecho de que las obras se realicen en entornos cambiantes, en continua evolución, y la complejidad para poder realizar diseños productivos estandarizados. “No es como hacer automóviles, donde vas a producir cientos de miles iguales. Aquí cada obra puede ser diferente”, mantiene. Aunque está convencido de que va a llegar el momento en que haya robots contribuyendo en la construcción de edificios con un peso similar al que tienen en otros sectores. “Creo que va a haber novedades importantes en la próxima década”.

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Tungsteno es un laboratorio periodístico que explora la esencia de la innovación. Ideado por Materia Publicaciones Científicas para el blog de Sacyr.

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