Industria 4.0, el binomio humano-máquina
Avanzamos hacia un nuevo paradigma social, industrial y económico que trae consigo grandes cambios en la forma de operar y producir de las empresas. La irrupción de la cuarta revolución industrial está impulsando un nuevo escenario empresarial caracterizado por la automatización de los procesos y la mejora de la interacción humano-máquina.
Esta nueva oleada tecnológica facilitará que la colaboración entre seres humanos y sistemas inteligentes sea una realidad diaria. Según Enrique Fernández Puertas, Director de Transformación Digital y Arquitectura de Repsol, “la cuarta revolución industrial es ese proceso de convivencia entre los humanos y las máquinas, entre hombres y algoritmos y tecnologías que tienen posibilidades de emular comportamientos humanos”.
La llegada de la industria 4.0 requerirá que las empresas transformen sus modelos de negocio en modelos más inteligentes que aseguren su supervivencia y que les garanticen mejores resultados. “En el futuro, los modelos de negocio evolucionarán hacia modelos basados en software. En unos años, si las empresas no se complementan con las habilidades necesarias para dominar las implicaciones del software en sus negocios pueden tener serias dificultades”, señala Enrique Fernández.
El viaje hacia la digitalización
Repsol está llevando a cabo un ambicioso proceso de transformación digital y adaptación de la organización a nuevos escenarios, tecnologías y formas de trabajo. Si bien el negocio es el líder y abanderado de toda esta digitalización, este cambio no sería posible sin el apoyo y la colaboración de todas las áreas de la compañía. Desde la organización, entienden la transformación digital como un proceso transversal que involucra a todas las unidades de negocio, y que está modificando la forma de trabajar y enfocar el futuro de la corporación. Pero, ¿cómo lo están haciendo?
El programa de transformación digital de Repsol se basa fundamentalmente en cuatro elementos distintivos: relevancia estratégica, impacto económico, personas y liderazgo. Todo ello, apoyado en una cultura de empresa que incentiva y potencia este viaje hacia la digitalización. No obstante, para garantizar que esta transformación sea una realidad, es imprescindible adoptar nuevas formas de trabajo y formar a las personas en nuevas habilidades y nuevas disciplinas.
Por último, Fernández Puertas destacaba la importancia de factores como la curiosidad, la proactividad y la transparencia como elementos imprescindibles en el proceso de transformación de una gran corporación.