Winter is coming. Nada más y nada menos que dos años hemos tenido que esperar para el estreno de la última temporada de Juego de Tronos. Una espera que ha tenido en vilo a los fans de este fenómeno mediático.
Durante sus más de 100 horas de metraje, esta epopeya de sangre, hielo y fuego no ha dejado títere con cabeza, que se lo pregunten al bueno de Ned Stark. Para el recuerdo quedarán episodios emblemáticos como “La batalla de los bastardos”, “Las lluvias de Castamere” o “Casa Austera”. Un cóctel de fantasía, traición, amor, lealtad y venganza que ha cautivado a millones de espectadores en todo el mundo y que el próximo 19 de mayo pondrá punto y final a una de las series más laureadas de la historia de la televisión.
Viendo como ha comenzado la última temporada de esta ficción, se avecina tormenta en el universo creado por George R.R Martin. La gran guerra está cerca. La batalla final, entre vivos y muertos, es prácticamente inminente. La expectación por conocer cuál será el destino final de los Stark, los Lannister o los Targaryen es máxima, más aún sabiendo que el Rey de la Noche, a lomos del Viserion zombi, ha logrado derribar el milenario Muro que separa los Siete Reinos del eterno invierno.
Para los que no estén familiarizados con la serie, el Muro es una inmensa muralla de hielo que se extiende de este a oeste en el norte de Poniente. Una fortaleza que protege los Siete Reinos de las tierras salvajes del más allá. Abarca desde los Colmillos Helados en el oeste hasta la Bahía de las Focas en el este. Tiene 300 millas de longitud y más de 700 pies de alto. Dicho así no tiene mucha relevancia, pero ¿sabías que la longitud del Muro es como si fuéramos de Madrid a Irún y que tiene una altura media de algo más de 200 metros?
Como toda buena fortaleza, tiene túneles secretos (se conoce solo uno llamado “Fuerte de la Noche”) que permite atravesar este coloso sin apenas despeinarse. Sin embargo, a pesar de tener estas cifras mareantes, el Muro tiene un punto débil, es de hielo.
Una debilidad que ha permitido al Rey de la Noche derribarlo con el fuego azul de su dragón y adentrarse en los Siete Reinos. El resultado: cientos de miles de caminantes blancos cruzando la frontera dispuestos a sembrar el caos. Pero, ¿qué hubiera pasado si el Muro estuviera construido con los nuevos materiales actuales ¿Te imaginas cómo serían los Siete Reinos si el Rey de la Noche no hubiera destruido el Muro?
Lo primero que tendríamos que preguntarnos es qué tipo de material utilizaríamos para construir una fortaleza que resista cualquier ataque y hacerlo en el menor tiempo posible. Quizás podríamos pensar en algún material compuesto o fibras de carbono que aporten resistencia y rapidez en su construcción. Otra alternativa sería emplear materiales tradicionales mejorados como puede ser un hormigón de altas prestaciones.
Veamos algunos números. Teniendo en cuenta la longitud, altura y anchura del Muro, manejaríamos cifras de alrededor de 900 millones de metros cúbicos, es decir, casi 129 millones de hormigoneras. Por no hablar del acero necesario para construir esta fortaleza. Un total de 72 millones de toneladas, algo así como el peso de 10.000 Torres Eiffel.
¿Y el diseño? Está claro que el avance de las nuevas tecnologías mejoraría significativamente toda la fase previa a la construcción del Muro. Tal y como hacemos en Sacyr, podríamos emplear metodologías BIM y LEAN en la planificación. Estos métodos nos permitirían ser más eficientes en la definición de la solución más adecuada a esta fortaleza. Del mismo modo, la aplicación de la realidad aumentada nos posibilitaría la oportunidad de visualizar el Muro al completo antes siquiera de poner la primera piedra.
Otro dato que demuestra que un muro construido con hormigón de altas prestaciones es prácticamente inexpugnable es su resistencia a las altas temperaturas. Estos nuevos materiales son capaces de soportar temperaturas de hasta 1.000 grados. De esta forma, el dragón que porta al Rey de la Noche tendría que estar escupiendo fuego contra el Muro de manera ininterrumpida alrededor de 3 días si quiere abrir una brecha en la estructura. Algo prácticamente imposible, más aún teniendo en cuenta que estos nuevos materiales son autorreparables.
Viendo la resistencia y fortaleza del Muro 2.0, queda claro que, si esta defensa la hubiera construido Sacyr con hormigón de altas prestaciones, el Rey de la Noche y su séquito nunca hubieran atravesado el Muro, la gran batalla entre vivos y muertos no se libraría, y las casas más importantes de los Siete Reinos seguirían peleando por el codiciado trono de hierro.