ISABEL RUBIO ARROYO | Tungsteno
El camino hacia la ciudad inteligente no es exclusivo de los países de mayor renta y desarrollo. El reto de proveer de urbes más habitables y sostenibles, que mejoren la calidad de vida de sus ciudadanos, lleva a América Latina proyectos líderes que ya consiguen importantes mejoras en eficiencia energética o movilidad, por ejemplo. Desde la propuesta de Chile, en la línea de los líderes en innovación aplicada a las smart cities, hasta los sistemas inteligentes de suministros que está implantando México, esenciales para garantizar el acceso al agua corriente de millones de ciudadanos. Con motivo de la celebración del Smart City Expo LATAM Congress el próximo mes de octubre, revisamos algunas de estas iniciativas.
Chile: un referente global
Santiago de Chile es la ciudad más inteligente de Latinoamérica, según el ranking Cities in motion, elaborado por la escuela de negocios IESE Business School. En la clasificación global ocupa el puesto 66. La capital chilena se ha convertido en una especie de laboratorio en el que se ponen a prueba diferentes tecnologías. A través del proyecto Smart City Santiago, dentro del Plan Nacional Chile Territorio Inteligente, se aúnan estas iniciativas en el campo de la movilidad, el control medioambiental y la seguridad ciudadana.
Entre otras medidas, destaca la apuesta por autobuses y taxis eléctricos, electrolineras, medidores inteligentes de electricidad o letreros de mensajería variable en carreteras. Además, los sensores en las ciudades son una herramienta fundamental para recabar datos de todo tipo: desde el ruido, a la temperatura, la calidad del aire o cuándo es necesario regar un parque o un jardín determinado.
Esta información, por ejemplo, es fundamental para iniciativas como la de Smartdrop, un sistema desarrollado por tres ingenieros chilenos que permite ahorrar el 50% del agua para el riego. Para evitar el desperdicio de este bien único, se utilizan sensores e información provenientes de estaciones meteorológicas cercanas. La monitorización continua de la humedad del suelo y de la temperatura permite, por ejemplo, un riego más intenso en días calurosos que en los lluviosos.
Más allá de salvar el desnivel del terreno, el teleférico de La Paz (Bolivia) ha permitido el desarrollo urbano promoviendo también una movilidad sostenible. Crédito: Snowcat.
Bolivia: un transporte alternativo líder en el mundo
El teleférico de La Paz forma parte del libro Guinness de los Récords por ser el más largo del mundo. En 2019 el sistema ya tenía 32 estaciones, 10 líneas y una longitud total de 33 kilómetros. En total, tiene más de 1.500 teleféricos individuales, una capacidad de 34.000 pasajeros por hora en cada dirección y ya ha transportado a más de 250 millones de usuarios desde su inauguración, en mayo de 2014.
La Paz —capital y la segunda área metropolitana más poblada de Bolivia— se encuentra en un valle empinado en lo alto de la cordillera de los Andes. Las calles de la ciudad se elevan más de 500 metros en los casi tres kilómetros entre el distrito comercial del centro y la ciudad colindante, El Alto. Este terreno hace que sea difícil construir en la zona sistemas de transporte masivo ferroviario o subterráneo ambicioso. Por ello, era imprescindible desarrollar una alternativa al metro o los trenes de cercanías.
La Red de Integración Metropolitana de Mi teleférico, la empresa pública encargada de administrar este transporte, se convierte así en un sistema no solo para salvar estos desniveles, sino también para promover el crecimiento y desarrollo urbano de la ciudad y, además, favorecer una movilidad más sostenible. De hecho, es la primera red de teleféricos que se convierte en el principal medio de movilidad pública de una gran urbe. Un proyecto que recibió el premio World Smart City Awards el pasado año por su carácter innovador.
Sensores, paneles informativos y cámaras conectadas 24 horas componen el complejo sistema de movilidad inteligente para evitar la congestión en Medellín (Colombia). Crédito: Alcaldía de Medellín.
Colombia: monitorización para huir de los atascos
¿Cuántas horas al año pasamos atrapados en atascos? Todo depende de la ciudad en la que se resida. Pueden llegar a ser hasta más de 40 horas, según el INRIX Global Traffic Scorecard. Algunas urbes buscan la forma de reducir al máximo ese tiempo. Es el caso de Medellín, en Colombia, donde se ha puesto en marcha un sistema de movilidad inteligente para evitar la congestión urbana y los accidentes.
Para monitorizar el tráfico, se utilizan tanto decenas de cámaras como semáforos y autobuses con sensores. De esta forma, se puede conocer en el momento el estado de las carreteras. Así se detectan incidentes que puedan afectar a la movilidad, para después dar a conocer a los conductores, mediante paneles informativos, cuáles son las mejores rutas. Además, la Secretaría de Movilidad cuenta con toda la información en su portal web en tiempo real, para que cualquier usuario pueda visualizar el estado de las principales vías minuto a minuto las 24 horas del día.
México: tecnología punta para tener agua potable
“Imaginemos vivir en el 2035 en una smart city rodeada de tecnología, Internet de las Cosas y autos eléctricos pero sin agua”. Con esta frase, la compañía mexicana Clariti recuerda la importancia de tener acceso a este líquido vital. Ese año podría ser en el que el planeta Tierra llegue a un “punto de no retorno” si no se toman medidas para luchar contra el cambio climático, según un estudio publicado en la revista Earth System Dynamics.
Clariti, que el año pasado recibió un galardón en la categoría de Transformación Digital de los LATAM Smart City Awards, ha desarrollado una plataforma tecnológica para lograr una mayor eficiencia en la prestación y manejo del servicio público de agua. “En México, más de 10 millones de hogares no cuentan con suministro diario de agua potable y dos millones ni siquiera cuentan con una conexión para recibir agua”, explica la compañía. Los más de 2.500 operadores de agua potable en el país “presentan un grave problema de eficiencia”: “Facturan solo el 63% del agua extraída e ingresan solo el 48%. Un déficit calculado en el ingreso por agua extraída y no cobrada de 88 mil millones de pesos anuales (unos 3.390 millones de euros)”.
Para intentar resolver el problema, Clariti ha desarrollado una herramienta que permite tomar la lectura y facturar en el instante utilizando un dispositivo. Así, los trabajadores no tienen que pasar dos veces por el mismo lugar. Además, apuesta por cajeros automáticos para ampliar los horarios de cobro. De esta forma, aseguran que han conseguido incrementar en cinco estados de México los ingresos de los operadores de agua entre un 8% y un 31% y generar ahorros en el consumo de agua de entre un 10% y un 20%.
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