No sólo ha conseguido materiales con nuevas propiedades, y respetuosos con el medio ambiente, sino que también ha empezado a trabajar en una tendencia rompedora, la sostenibilidad regenerativa, una nueva forma de entender la sostenibilidad, que busca no sólo no generar impacto, sino generar un impacto positivo en el bienestar y la salud de las personas.
“Siempre me ha interesado la relación de la construcción con el medio ambiente. Empecé trabajando la sostenibilidad a través de la búsqueda de soluciones constructivas con materiales locales para evitar el tema del transporte. Trabaje con yeso, cemento y cal”, explica Mercedes del Río Merino, catedrática de la Escuela Técnica Superior de Edificación de la Universidad Politécnica de Madrid.
Su pasión no es sólo hacer investigación aplicada, sino también dirigir tesis doctorales, fundamentalmente por la relación que mantiene con sus doctorandos a lo largo del desarrollo de las tesis, formándoles como investigadores.
Desde su tesis doctoral en 2000, empezó a ver las posibilidades que tenía la incorporación de residuos en materiales conglomerados. Trabajó con caucho que incorporó en yeso y cemento; trató de sustituir la arcilla expandida con huesos de aceitunas; también trabajó con residuos de arroz y con áridos procedentes de residuos de hormigón y materiales cerámicos.
“Trabajar buscando aplicaciones a los restos de poda del corcho fue mi primer encuentro con los residuos. Luego, en el laboratorio fui incorporando otros tipos de residuo en el yeso para que fuera más ecológico, y también para mejorar su fragilidad y mejorar su comportamiento mecánico.”
Digestores de residuos
“Pensamos que se podía sustituir parte de la materia prima por otros residuos y de esta manera, los propios materiales de construcción pudieran servir de digestores de esos residuos, Waste to resources. Al principio, a los miembros del grupo de investigación que coordino, el grupo TEMA de la ETSEM-UPM, nos llamaban "los de las basuras”, explica la doctora, pues muy poca gente utilizaba los residuos como materia prima de materiales de construcción.
“Más adelante empezamos a trabajar con gente de otras universidades y con otros tipos de residuos industriales como el polipropileno, el serrín, poliestireno, plásticos de cables, etc. y con residuos de construcción. El objetivo siempre ha sido reducir el consumo de materia prima y además mejorar alguna de las propiedades, como el comportamiento mecánico o reducir la densidad de los materiales para mejorar su capacidad de aislamiento térmico y en ocasiones acústico, etc.” explica Mercedes del Río.
Ahora está trabajando con investigadores de la Universidad Federico II de Nápoles en la elaboración de geopolímeros con residuos de construcción demolición. “Utilizamos cenizas procedentes de las centrales eléctricas, tufo (piedra volcánica de la zona de Nápoles, con la que se han construido muchos de sus monumentos) y residuos cerámicos”.
Proyecto europeo: Impacto cero y positivo
Hace cuatro años, fue elegida miembro del comité de gestión del proyecto europeo COST-Restore (Rethinking Sustenability Towards a Regenerative Economy), centrado en la “sostenibilidad regenerativa”. Antes, esta investigadora buscaba cómo convertir residuos en materia prima, esto es generar impacto cero. Ahora, con la sostenibilidad regenerativa, busca generar impacto positivo con los materiales de construcción. “Los edificios no pueden quedarse en generar un impacto neutro, tienen que ayudar en reducir el cambio climático, para ello hay que ir mucho más allá de la sostenibilidad y generar positividad, mejorar el bienestar y confort de las personas, generar energía positiva y salud”, explica Mercedes.
Por ello, en la actualidad y junto a la Cátedra Arpada está trabajando en definir estrategias para la mejora de la calidad del aire interior en las residencias para mayores. Alguna de estas estrategias es el diseño de materiales que incorporan residuos y aditivos capaces de absorber materias contaminantes como los formaldehidos, el CO2 o las partículas volátiles, materiales que mejoran la calidad del aire interior.
Formación en coaching
Además, Mercedes tiene otra faceta que resalta en su curriculum. Como directora de la Escuela de Edificación durante ocho años, vio la necesidad de formarse como coach para gestionar grupos de personas de diferentes perfiles (profesores, alumnos, trabajadores, etc). “Conseguí aprender muchas cosas que no sabía para la gestión de equipos y además, me ha servido para mejorar mi capacidad de comunicación en general y la comunicación intergeneracional, tan importante para los docentes”, explica Mercedes.
