En Bolivia, a seis horas en todoterreno del núcleo poblado cercano con más servicios, estamos construyendo la planta geotérmica situada a mayor altura del mundo, a 4.970 metros sobre el nivel del mar.
Esta planta, una vez puesta en operación, previsiblemente el próximo mes de abril, será mantenida y operada durante dos años por la joint venture Sacyr-Ormat.
La planta piloto tendrá una potencia instalada de 5 MW, gracias al vapor que se extrae de la tierra, de pozos a 1.490 metros de profundidad. Sus objetivos combinan el beneficio social y desarrollo económico:
• Alimentar de energía eléctrica estable y permanente a las pequeñas comunidades de pueblos originarios que están repartidas por la amplia zona de influencia, y que hasta la fecha solo disponen de energía unas cuatro horas al día, gracias a grupos generadores diésel.
• Evaluar el resultado técnico de esta tecnología para desarrollar el proyecto de construcción de una planta con una potencia de 100 MW. En este caso, la planta de 5 MW también se usará para suministrar la energía necesaria para construir esta planta.
“La construcción de estas instalaciones está siendo un auténtico desafío logístico que el equipo de Sacyr Bolivia ha conseguido solventar con grandes esfuerzos y trabajo en equipo”, explica Miguel Lorente Quesada, director de este proyecto en Sacyr Industrial. Es un área inmensa y muy despoblada. Las Comunidades Originarias de este área no suman más de 2.500 habitantes.
“Estamos siendo acogidos como invitados en tierras de la Comunidad Originaria de Quetena Chico, por lo que mantenemos una constante colaboración y comunicación con esta comunidad quechua, con quienes hemos establecido una simbiosis, contratando personal local y contratando servicios como algunos suministros de alimentación y otros varios, generando riqueza, desarrollo y una mejor calidad de vida para sus habitantes”, explica Miguel Lorente Quesada.
La joint Venture Sacyr-Ormat han diseñado una planta de tecnología binaria que es respetuosa con el medio ambiente. La instalación es hermética, ya que todo el vapor y la salmuera que se usa para la generación no se libera al medio ambiente, sino que se reinyecta a tres kilómetros de distancia del pozo que nos presta el vapor. De esta forma se garantiza que el reservorio subterráneo de vapor siempre se está recargando, por lo que la generación está asegurada permanentemente.