La tecnología puede ayudar a conseguir un ahorro de más de 60.000 euros por año por proyecto, según un informe de la consultora EY. Crédito: Built Robotics.

Robots para levantar una casa en dos días

La inteligencia artificial promete optimizar los procesos de construcción, reducir los costes y mejorar la seguridad. Pero, ¿hasta qué punto sirven los robots, exoesqueletos, excavadoras autónomas o sensores para conseguirlo?

ISABEL RUBIO ARROYO | Tungsteno

Robots autónomos que ponen 1.000 ladrillos por hora y levantan casas en dos días. Exoesqueletos que multiplican por 20 la fuerza de quienes los portan. Sensores que monitorizan la frecuencia cardiaca o la postura de los trabajadores. Sistemas que tienen en cuenta el frío invernal para planificar un proyecto. La inteligencia artificial promete revolucionar por completo el sector de la construcción. Cada vez más compañías utilizan este tipo de tecnologías para mejorar la gestión y puesta en marcha de los proyectos, ahorrar costes y garantizar la seguridad de los trabajadores.

En la construcción de un edificio intervienen todo tipo de máquinas y trabajadores: de delineantes a arquitectos pasando por ingenieros, albañiles, electricistas, camioneros o gruistas. Conseguir que todos ellos trabajen de manera eficiente y evitar cualquier riesgo es un desafío clave. La inteligencia artificial puede ayudar a conseguirlo, además de conllevar un ahorro significativo de tiempo y de recursos. Un informe de la consultora EY recoge que la tecnología sirve para reducir hasta un 70% el tiempo dedicado a reuniones relativas a la obra y para conseguir un ahorro de más de 60.000 euros por año por proyecto.

 

Valorar millones de escenarios para predecir la evolución de un proyecto

 

“Hace unos 200 años, la revolución industrial cambió la sociedad de formas inimaginables para la época. Hoy está en marcha otra revolución”, afirma Marc Lahmann, experto en la gestión de proyectos de la consultora PwC. Se refiere a la revolución de la inteligencia artificial y cómo esta tecnología transformará de forma transversal la gestión de proyectos. Por ejemplo, al automatizar tareas o evitar retrasos costosos en los procesos de construcción.

Alice es una plataforma que utiliza inteligencia artificial para mejorar la gestión de proyectos en el ámbito de la construcción y mitigar los riesgos. Con ella, en teoría se consigue reducir un 17% la duración de cada proyecto y un 14% de ahorro en los costes laborales. El programa hace en apenas unos minutos lo que a un humano le llevaría años. Calcula millones de escenarios hipotéticos teniendo en cuenta todas las variables que influyen a la hora de levantar un edificio y selecciona las soluciones más eficientes.

Esta plataforma ha sido utilizada para planificar la construcción de un edificio de lujo con piscina al aire libre, gimnasio o jardín en Bangkok y para la extensión del tren ligero de Edmonton, una ciudad en Canadá. En este último proyecto, Alice tuvo en cuenta factores como las dificultades para construir en función del clima invernal. Además, cuadró los horarios para optimizar las labores del personal o fijar las bombas de hormigón requeridas.

 

La inteligencia artificial puede mejorar la gestión de proyectos en el ámbito de la construcción y mitigar los riesgos. Crédito: Pexels.

 

Robots y excavadoras autónomas para acelerar la construcción


Más allá de la gestión de proyectos, la inteligencia artificial puede resultar especialmente útil en la construcción sobre el terreno. A la espera de que los vehículos autónomos tomen las calles, la tecnología de conducción autónoma podría aterrizar primero en la industria de la construcción. Empresas como Caterpillar, Komatsu, SafeAI o Built Robotics trabajan para que sea posible. Esta última compañía se encarga de crear máquinas que funcionen de forma totalmente autónoma. Por ejemplo, excavadoras que pueden hacer zanjas o nivelar terrenos las 24 horas del día. Estas máquinas han sido utilizadas por ejemplo por Mortenson, una empresa de Estados Unidos popular por construir parques solares o eólicos.


Sarcos Robotics es otra empresa que  lleva 25 años diseñando robots para aumentar la productividad humana y la seguridad en trabajos de riesgo. Entre sus creaciones, está Guardian XO, un exoesqueleto pensado para manipular cargas pesadas usando los movimientos naturales del cuerpo. La compañía asegura que este traje robótico puede multiplicar por 20 la fuerza de quien lo porta. En teoría permitiría levantar durante ocho horas seguidas 90 kilos sin apenas esfuerzo. 


Algunos robots sirven para levantar estructuras en tiempo récord. Guardian GT es un robot gigantesco de doble brazo que se controla a distancia y es capaz de levantar más de 450 kilos. También puede realizar procesos más complejos de soldadura y montaje. También destaca Hadrian X, un robot desarrollado por la empresa australiana Fastbrick Robotics que es capaz de colocar 1.000 ladrillos en sólo una hora y puede levantar las paredes de una casa en menos de dos días. “En el entorno adecuado y trabajando continuamente, cada unidad podría construir entre 100 y 300 viviendas al año”, indica la compañía, que asegura que el proceso genera menos desperdicios que los métodos de construcción tradicionales.  


Algunas excavadoras autónomas pueden hacer zanjas o nivelar terrenos las 24 horas del día. Crédito: Built Robotics.

 

Sensores y aprendizaje automático para mejorar la seguridad

 

Un artículo de la consultora McKinsey & Company indica que el aprendizaje automático puede aplicarse a imágenes de drones y modelos generados en 3D para evaluar defectos en la ejecución de un proyecto, “tanto estructurales como estéticos”. También para “la detección temprana de eventos críticos, por ejemplo, una avería en un puente”. “Estas técnicas podrían ayudar a los ingenieros a comparar los productos en desarrollo y finales con los diseños iniciales, o entrenar un algoritmo de detección de comportamientos inseguros para identificar los riesgos de seguridad en los sitios del proyecto basándose en millones de imágenes recolectadas por drones”, indica la consultora.

Cada vez más lugares de construcción están equipados con cámaras, dispositivos de IoT y sensores que monitorizan constantemente el escenario. La tecnología de reconocimiento facial y de objetos puede detectar comportamientos inseguros y alertar de posibles peligros. Los sensores, junto a sistemas de inteligencia artificial, sirven para monitorizar condiciones relevantes para la construcción y los materiales como la temperatura o la humedad en el ambiente. Estos dispositivos también pueden estar presentes en wearables que porten los propios trabajadores para monitorizar la frecuencia cardíaca, la temperatura corporal, los movimientos repetitivos o las posturas. Por ejemplo, Wearlumb es una camiseta inteligente diseñada para el ámbito laboral cuyo objetivo es prevenir problemas lumbares y ayudar a corregir la postura de los trabajadores.

La inteligencia artificial puede jugar un papel importante en la prevención de riesgos laborales. En Estados Unidos más de 5.000 trabajadores murieron en el trabajo en 2019, según la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional del país. Es decir, más de 100 empleados por semana. O unos 15 cada día. Una de cada cinco muertes se produjeron en el ámbito de la construcción. Suffolk, un contratista con sede en Boston, está desarrollando un algoritmo que analiza fotos de los lugares de trabajo y las escanea en busca de peligros. Por ejemplo, de trabajadores que no usan equipos de protección. Después correlaciona las imágenes con los registros de accidentes. El objetivo es realizar sesiones informativas de seguridad cuando se detecte una potencial amenaza.

Todas estas tecnologías pueden resultar útiles durante el proceso de construcción. Pero, una vez terminado el proyecto, siguen teniendo un gran potencial. Por ejemplo, los sensores acoplados a puertas, ventanas, mesas o sillas pueden monitorizar constantemente todo tipo de información: desde la temperatura hasta la calidad del aire, la humedad, la presión atmosférica e incluso qué luces están encendidas o qué puertas o ventanas están abiertas. El procesado de millones de datos con sistemas de inteligencia artificial sirve para garantizar un uso eficiente de los recursos y conservar los edificios en las mejores condiciones posibles.

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Tungsteno es un laboratorio periodístico que explora la esencia de la innovación. Ideado por Materia Publicaciones Científicas para el blog de Sacyr.

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